Arteterapeuta y terapeuta Gestalt

Quiero que sepas quién soy y qué fue lo que me trajo al mundo de la Investigación, la Arteterapia y la Terapia Gestalt, que para mí se traducen en un profundo camino de autoconocimiento y acompañamiento. Que espero podamos compartir.
No sabría cómo separar el arte de mi vida. Nací en una familia, donde las ceras Manley, la tinta china, las acuarelas, las témperas y un sinfín de materiales artísticos estaban al alcance de mis manos. Mi abuela y mi abuelo maternos eran artistas e “incitadores al arte” como ellos mismos se consideraban. Ir a Torremolinos (Málaga), donde vivieron los últimos años, se convertía en una aventura, una casa llena de cuadros, de pinceles, de marionetas, de plantas y de historias de Eduardo Galeano.

Mi madre siguió sus pasos y se convirtió en pintora y, al tiempo, en ceramista. Por otra parte, existió la influencia de mi padre, filósofo y educador, que me transmitió su amor por la sabiduría, la lectura y el autoconocimiento. Esta combinación la traduzco en un caldo de cultivo para una futura Arteterapeuta y terapeuta, o una artesana de la mente y emoción humana.

Mi formación académica comenzó en Madrid, llegué con 20 años, después de haber estado un par de años en Inglaterra estudiando inglés y trabajando. En la búsqueda de: ¿qué quería hacer con mi vida? Encontré el Grado de Antropología Social y Cultural, de la Universidad Autónoma de Madrid. Sabía que quería estudiar algo relacionado con las humanidades, las ciencias sociales y con lo que poder ayudar y entender a otras personas. Me concedieron una beca el último año de carrera, estuve 6 meses de intercambio universitario en Porto Alegre, Brasil. Fue allí donde descubrí el teatro del oprimido y reconecté con el arte en todas sus facetas.

Ese mismo año (2016), a mi vuelta a Madrid, conocí la Terapia Gestalt, tenía varios referentes muy próximos en ese entonces. Comencé mi proceso personal y a la vez, que iba conociéndome, confrontándome a mí misma y apoyándome en mi terapeuta, me di cuenta de que quería formarme y aprender las técnicas de Terapia Gestalt, para aplicarlas a mi vida, mi trabajo y mis relaciones. Fue más tarde, cuando me di cuenta de mi vocación como terapeuta y, finalmente, como Arteterapeuta.

Aún sigo investigando en torno a los cambios y la transformación del organismo emocional, físico y psíquico humano y sus infinitas posibilidades. La sinceridad, el cuidado, la confianza y la paciencia se han convertido en palabras clave en el acompañamiento a otras personas. Confío plenamente en mi profesión, lo he podido constatar cualitativamente, tanto desde el ámbito académico como el profesional y personal. El arte es un canal, una herramienta que expande todo lo que el lenguaje no puede abarcar.